Relatu de Donato Ndongo-Bidyogo , publicáu orixinalmente en "Papeles de Son Armadans", Palma de Mallorca, nº CCXL, ochobre de 1973. Soy joven. Apenas se han cumplido los ¿veinticinco? años de la circuncisión. Si yo me preguntara qué hago aquí, con el agua hasta el cuello, me llamaría el hombre más estúpido del mundo. Mi abuelo, el viejo Diallo, siempre tiene razón: «demasiado joven para saber tanto». Hace ¿veinticinco? años que fui circuncidado en una aldeúcha sin importancia, a orillas del Casamance. En ese río corrió mi sangre, en ese río aprendí a nadar. Aguas calientes, otras aguas, aguas como espejos, que reflejaban con toda nitidez los pechos erectos de las mozas del lugar. Desconozco exactamente la razón, ni siquiera recuerdo ya la época; lo cierto es que fui arrancado de mi aldeúcha para asistir a la escuela de Bignona. Allí pasé cuatro años, cuatro años de una vida cualquiera. Cuando pude aguantar los mosquitos y el hambre sin quejarme demasiado, cuando fui considera...